martes, 24 de marzo de 2015

TOLERANCIA A LA LACTOSA


Existe un bulo muy extendido que dice que los humanos somos los únicos seres que continuamos bebiendo leche en nuestra etapa adulta de la vida, y que esto es una anomalía dietética enorme que nos causa graves percances metabólicos. Esto no es cierto. Pero es argumento que a modo de lanza esgrimen veganos y otras personas seguidoras de una creencia que consiste en no incluir derivados lácteos en la ingesta. A excepción de personas que carezcan de lactasa - el enzima que metaboliza la lactosa y por lo tanto presentan intolerancia a este azúcar al no poder metabolizarla y que deben abstenerse de ingerirla- el resto de humanidad no tiene excusa para apartar a este delicioso alimento de la dieta diaria. Eso sí, debe ser de calidad y con el menor tratamiento post-ordeño posible.

lunes, 16 de marzo de 2015

DIETAS APPS

Las nuevas tecnologías nos ofrecen servicios muy interesantes. Están proliferando las que, en forma de aplicación, facilitan diferentes tipos de dietas. Algo que parece correcto en cuanto a informar, pero no tanto cuando se piensa en individualizar algo tan esencial como lo que come cada persona. Sigue vigente la fiebre del adelgazar como sea, cuando la única actitud responsable es el autoconocimiento y el saber del entorno. Incorrectamente usadas, estas aplicaciones no dejan de ser una muleta más donde apoyar la ineptitud.

sábado, 7 de marzo de 2015

PALEODIETA

Se está popularizando una dieta basada en lo que se supone ingerían los seres humanos en la época paleolítica. Esto, amenizado por un estilo de vida que permita practicar ejercicios de corte primitivo es propugnado como una manera de integrarse en el medio de la manera más parecida posible a como vivían nuestros antepasados. En aquella época, los humanos eran principalmente recolectores y cazadores de pequeños animales, y también incluirían en su dieta cierta cantidad de carroña. No olvidemos que hasta el Neolítico no se estableció la agricultura y la ganadería. Esta paleodieta, para ser como debe, tendría que suponer la ingesta casi contínua de pequeñas cantidades de alimento de temporada, y silvestre. Sin embargo, me parece que esta teoría adolece de un defecto de inicio: es discutible la preponderancia de la carne en la ingesta; más bien esto me parece que sería un acto excepcional limitado a las ocasiones en que el grupo humano pudiera dar caza a algún gran animal. ¿Tendrán tiempo sus seguidores para tales menesteres?
Foto: instrumentos líticos de Atapuerca (Burgos), hace 350.000 años.