En las faldas de la Bonaigua, el refugio de Ares ofrece una cocina de categoría, así que decidimos resarcirnos de nuestras sequedades sureñas con una buena representación gastronómica del Pallars Sobirà: un confitado pallarés acompañado de un vino de montaña, el Biu de Sort, especialísimo caldo con sabor a sotobosque que proviene de unas arriesgadas viñas de Pinot Noir plantadas a 900 metros de altura. En algo ha de favorecernos el cambio climático.
El confitado es una técnica que consiste en cocinar los alimentos en aceite a una temperatura inferior al frito, durante más tiempo, lentamente. Las carnes quedan tiernas y jugosísimas. Estas carnes confitadas pueden conservarse inmersas en aceite o manteca, y era la base de la economía de subsistencia pirenaica.