Si dejas a los hombres dar rienda suelta a sus deseos culinarios, pueden parir auténticas abominaciones. Tal es el caso.
Mi ínclito esposo ha dado a luz lo que he dado en bautizar como Arca de Noé: un panecillo abierto por la mitad al que se le ha retirado la miga y se ha colocado en su lugar una generosa capa de foie, champiñones y un huevo frito. Se vuelven a ajustar las dos mitades del pan y se cubre el engendro con bechamel y queso rallado. Se gratina y se ingiere.
😓
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