Algunas personas basan su alimentación en el vegetarianismo. Piensan que así no agreden a sus semejantes animales. Bien.
Pero los vegetales también están vivos, también sienten. Una lechuga, una acelga...vive. Y al arrancarla de la tierra, sufre.
De la misma manera, cuando se comen semillas, se está destruyendo el germen de una vida potencial...las habas, los guisantes...están vivos en sus vainas protectoras, esperando poder desarrollarse más adelante, cuando alcancen la madre tierra nutricia...
Por lo tanto, el consumo realmente consciente que no desea agredir a ningún ser vivo debe basarse en la ingesta de aquellas partes del vegetal que éstos ofrezcan de manera altruista: los frutos. Todo lo demás es igual de agresivo que si nos comemos un cabrito.
El consumo de cereales y de germinados tampoco sirve en esta manera de entender la alimentación, puesto que son, como hemos indicado antes, potenciales seres. En el germoplasma está latente la vida. Tampoco se pueden ingerir frutos secos: se ha matado el embrión. Igualmente sucede con los tubérculos: grillarán en su intento de reproducir el organismo que los originó. Así que...
Frugivorismo. La única alternativa válida. Aunque...
Es una alternativa alimentaria que exige la ingesta contínua, dado que los aportes son relativamente limitados. Un trasiego contínuo para encontrar aquellas partes del vegetal que no son susceptibles de sufrir...
Así que los vegetarianos no son tan inocentes...a reflexionar.
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