Recordemos que una de las características de los humanoides es el omnivorismo. Por lo tanto, debemos dar cabida a los menús que contienen carne; sino, que les pregunten de igual modo a las pobres lechugas, que también son seres vivos, y nadie parece escandalizarse al arrancarlas de su dulce sueño vegetativo. Sufren igual.
De hecho, la única dieta realmente incruenta es la frugívora. Pero para vivir frugívoramente, habría que estar comiendo prácticamente de manera contínua.
La carne de jabalí requiere una marinada previa, dado que es un tejido fuerte y muscular. Su cocina precisa tiempo y paciencia hasta conseguir que la carne se vuelva tierna.
Aquí está este plato del Dinar del Jabalí de La Palma d'Ebre, para paladares amantes de la caza.
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