En este tipo de dieta bioética está claro que el punto débil está en la obtención de hidratos de carbono complejos. Porque...¿cómo sustituimos a las harinas?
No se puede usar trigo, ni maíz, ni arroz...todo son semillas que tienen vida en su interior.
Las frutas, riquísimas en glúcidos, no ofrecen el efecto saciante de pan, pastas...así que deberíamos comer a menudo, en breves intervalos de tiempo.
Pero...¿acaso no es esto lo que recomiendan las últimas tendencias en dietética? Parece ser que el control del sobrepeso va por ese camino...ingestas más repetidas y en menor cantidad.
El incremento de derivados lácteos puede ser una solución: queso, yogurts, cuajadas, son aptas en la dieta bioética. Su efecto saciante, especialmente el de los quesos, es bien reconocido.
Una buena loncha de queso untado con miel y acompañado de unos trozos de fruta resultará una comida adecuada, por ejemplo.
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