Se toman dos panecillos redondos y se les rebana un sombrerete. Se vacía de miga el interior, dejándolos huecos. Esa miga se remoja y se fríe al modo de las migas de pastor y se mezcla con lo que se quiera para rellenar los bollitos: setas, queso...en uno hemos puesto un huevo frito como corona, y en el otro, además, una capa generosa de bechamel. Éste último se gratina al horno.
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