Cuando el hombre-cazador trae pollo para hacer a la brasa, no diremos
que no. Así os presentamos esta delicia, porque la sencillez del ave
asada simplemente al calor de las brasas y aromatizada con hierbas se ve
realzada por estos sabores adyacentes: los rovellones fritos, el trozo
de queso de cabra apenas tocado por la parrilla, lo suficiente para
deshacerse y ser casi nata.
A ver quién dice que no...
Una ensalada acompaña a este plato. De lechuga y cebolla.
Desayuno: vaso de zumo de naranja y tostada de pan untado con matequilla y miel.
Comida:
*plato único: pollo a la brasa con rovellons fritos y queso de cabra pasado por la parrilla, con ensalada de lechuga y cebolla.
*postre: una manzana.
A media tarde: infusión de te verde.
Cena: un vaso de leche y un trozo de coca.
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