Los fines de semana tienen que ser algo especial, y la cocina tiene ese aliciente, esa capacidad de hacer de algo usual todo un acontecimiento. Pero tiene que ser fácil, sencillo. Un sábado activo puede ser un buen momento para comer...
Desayuno: un vaso de leche y una rebanada de pan de payés untada con mantequilla y miel.
A media mañana: un puñado de almendras crudas.
Comida: *Plato único: tostadas con anchoas y pimiento en conserva, acompañanadas de una ensalada de cebolla, -de tomate no es tiempo- y olivas aliñadas.
*Postre: una naranja
A media tarde: infusión de tomillo y miel.
Cena: un vaso de zumo de melocotón y una manzana.
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