Hace falta introducir más pescado en la dieta, así que recurrimos a la pescadería del pueblo para comprar unos langostinos y un surtidito de frutos del mar, con mejillones, chirlas y alguna gambilla. Se hace un sofrito con cebolla y tomate, se añade un caldo y se pone a estofar a fuego lento la combinación de artrópodos y moluscos. Para que la salsa espese un poco más, una cucharadita de harina, y si se desea un aroma más potente, un vasito de vino blanco se añade a la cocción, que debe realizarse a fuego lento.
Desayuno: un buen vaso de leche caliente endulzada con miel y una rebanada de pan untada con mantequilla.
Comida: cazuela marinera.
*postre: una naranja y un puñado de frutos secos.
A media tarde: infusión de romero endulzada con miel.
Cena: un vaso de leche caliente con miel y un trocito de coca.
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